RESTAURA TUS RELACIONES

Nuestra vida se resume en aprender a amar,
vivir en armonia,disfrutar de la persona amada,
sentir ese calor de la unidad ; Que no se lucha solo ,
que juntos tenemos una meta y la vamos a lograr,
que como pareja esperamos con ansia ese bebé
y nos esforzamos por cada detallito para recibirle,
¡oh¡ que alegría.

Y luego compartimos el ver nuestros hijos crecer
y salir triunfantes en la vida, y cada sueño
lo veremos realizado junto a ese ser amado.

Por eso es importante valorar las relaciones
y que nos esforcemos por mantenerlas,
pues el tenerlas en poco, traeran un fruto desalentador de divisón,
disgustos o conflictos ; Es la voluntad de Dios que luches por esa felicidad y por eso,
Él nos ha dado la capacidad para mantener buenas relaciones y duraderas.

¿Pero qué hacer ahora que hay conflictos,
que se acabó la comprensión, que ya no hay tolerancia?

Lo importante no es huir de los problemas,
aparentar que no existen o tener miedo de hablar de ellos;
Es cierto no podemos evitar que vengan algunos conflictos ,
pero estemos dispuestos a resolverlos , a luchar por esa restauración .


COMO RESTAURAR UNA RELACIÓN

Aqui hay un paso muy importante que tomar,
recordemos que el creador del hogar es Dios
y quien más que ÉL nos puede ayudar.

Habla con Dios antes que con la persona.
Conversa con Dios acerca del problema.
Si oras acerca del conflicto antes de ir a comentar con otros ;
descubrirás que tú o la otra persona cambian de parecer sin la ayuda de nadie,
pues a Dios le interesa y quiere ayudarte.
Nuestras relaciones serían mejores si sólo oráramos más por ellas.

Cuéntale a Dios tus frustaciones, sabes Él nunca se sorprende
ni se disgusta por nuestro enojo, dolor, inseguridad
o cualquier otra emoción. Vamos cuentale exactamente cómo te sientes.

Muchos conflictos se originan en necesidades insatisfechas.
Algunas de ellas sólo pueden ser satisfechas por Dios.



Toma la iniciativa siempre.
No importa quién haya sido el ofendido o quién ofendió a quien:
Es el deseo de Dios que des el primer paso.
No esperes por la otra persona. Preséntate ante ella.

Cuando tu relación sea tirante o se rompa,
planifica inmediatamente una conferencia de paz.
No La postergues, no pongas excusas o prometas .
Fija una fecha para tener una reunión personal tan pronto como sea posible.
La demora sólo sirve para aumentar el resentimiento y complicar las cosas.

En casos de conflicto, el tiempo no cura las heridas; las inflama.


Sé comprensivo(a).
Usa tus oídos más que tu boca. Antes de intentar resolver un desacuerdo, escucha atentamente los sentimientos de la otra persona y solo en los hechos; Comienza con la compasión , no con las soluciones.

Al principio, no discutas con las personas acerca de sus sentimientos.
Sólo escucha y permite que se desahoguen emocionalmente sin ponerte a la defensiva. Es importante escuchar a la otra persona alli le estamos diciendo:
< valoro tu opinión, me interesa nuestra relación
y me importas tú >



Confiesa tu parte en el conflicto.
Si realmete te interesa restaurar una relación,
debes comenzar admitiendo tus propios errores o reacciones
que contribuyeron al conflicto.

Dios en su palabra nos insta: Debes sacar primero .

Es necesario identificar nuestra parte de culpa en el conflicto,
pídele a Dios te lo muestre; Cuando comenzamos
por reconocer con humildad nuestras equivocaciones,
el enojo de la otra persona se apaga y la desarmas
porque posiblemente esperaba que estuvieras a la defensiva.
La confesión es una herramienta muy poderosa para la reconciliación.



Ataca al problema, no a la persona.
No es posible arreglar el problema si lo que te interesa es encontrar
quién tuvo la culpa. Debes optar por una u otra.
Si estas enojado nunca lograrás persuadir a la otra persona;
elige tus palabras con mucho cuidado.
Una respuesta amable es siempre mejor que el sarcasmo.

Al resolver conflictos, la manera en que se dicen las cosas es tan importante como lo que se dice. Si eres agresivo, tus palabras se recibirán a la defensiva.

Destruyamos la desaprobación , el menospecio, las comparaciones,
las etiquetas, los insultos, la condescendencia y el sarcasmo;
Para poder salvar nuestras relaciones.



Haz hincapié en la reconciliación, no en la solución.
No es realista esperar que todos nos pongamos de acuerdo en todo.
La reconciliación se enfoca en la relación,
mientras que la resolución se concentra en el problema.
Cuando nos concentramos en la reconciliación,
el problema pasa a un segundo plano de importancia
y hasta puede tornarse irrelevante.

Podemos restablecer una relación incluso sin haber
podido resolver nuestras diferencias.

Dios quiere que disfrutemos de la bendición de vivir
en unidad y no en uniformidad ; Por eso invitale a tu vida ,
tu hogar ,a esa situación dificil y con Él encontraremos la restauración.

Recuerda siempre vale la pena restaurar las relaciones.


Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.

(Romanos 12:18 )

adaptado de " Una vida con propósito"