domingo, 23 de noviembre de 2008

GRACIAS SEÑOR.......

Al llegar al cielo yo he podido ver
el camino angosto
que acabo de recorrer

Es bello aquí maravilloso lugar
estoy muy feliz en mi nuevo hogar
Mi llanto acabó no hay mas dolores
mi tristeza se fue
también mis temores
En éste lugar no existe la noche,
yo puedo adorar a mi Rey amado,
por siempre cantar y estar a su lado
No he visto un jardín tan lindo como éste
que tiene mi Padre en su hogar celeste
Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia
de Cristo es hermoso
sentir su fragancia

No llores por mi, mi niño precioso
estoy bien aquí y mi alma se goza
Me verás de nuevo esa es tu esperanza
mi niño pequeño mi alma descansa

Entrégale a Dios tu risa y tu danza
no llores por mi y en Dios descansa

Volverte a encontrar será mi anhelo
mi niño pequeño te veo en el cielo

Recuerda mi niño no es fácil llegar
si buscas a Dios
lo podrás lograr

El camino angosto debes recorrer
no te apartes de el
y podrás vencer.

Agradezco a Dios por darme éstas palabras que he escrito aquí en el poema. Le pregunté a Dios... ¿Que me diría mi mamá si me viera llorar porque se fue contigo al cielo? Bueno, después de hacer esa pregunta a Dios comencé a escribir lo que me diría mi mami desde el cielo.Fue así como me inspiró Dios para poder realizar éste poema. En memoria de mi mamá lo he escrito, y quiero dedicar mi poema a, todas aquellas personas que hayan vivido la pérdida de un ser querido, quizá hayan muerto sus padres, su hermano, su hijo, su amigo, Dios te dice ahora que descanses en Él, recuerda que tenemos la esperanza en el Señor de volver a ver a nuestro seres queridos que se fueron primero que nosotros.

Que Dios nos ayude a caminar por ese camino angosto que nos lleva a la vida eterna con Cristo Jesús.
Bendiciones para tu vida!

(Aporte de ANGIE).

miércoles, 19 de noviembre de 2008

PERSEVERANCIA....

Aunque al principio parezca difícil creerlo, especialmente cuando nos encontramos en medio de tantas dificultades, la felicidad si existe y es posible. ¿Por qué resignarse a vivir a medias? ¿Por qué seguir sumergidos en el dolor, las preocupaciones o el negativismo? Vernos a nosotros mismos y ver la realidad de otra manera, debería ser nuestra meta.

Con frecuencia la gente dice o piensa “no puedo ser como quisiera ser, porque soy muy gordo(a); no tengo buenas conexiones, no soy tan inteligente, tengo demasiado trabajo, no tengo tiempo o mis hijos no me dan tregua”. La verdad es que hay que comenzar donde uno está y echar para adelante. Olvídese de las excusas y, sobre todo, no se sabotee así mismo(a).Muévase.

Nadie quiere oír una queja más. ¡Ni siquiera usted! Hay quienes se ponen horas exactas para dar gritos y sacar todo lo que tiene dentro. Pero hasta allí, eso de andar quejándose todo el día, no solo impide “descubrir” qué anda mal con uno, sino conlleva a que nos desvaloricemos a nosotros mismos. Y ¿Quien quiere estar cerca de un perdedor, a no ser que tenga intenciones de hacer algo de caridad? Como si fuera un bebe, vaya paso a paso hacia su ideal. Si quiere, por ejemplo, mejorar sus relaciones con sus hijos, dedíqueles diez minutos extras al día o propóngase no criticarlos en las próximas 24 horas. Tampoco se critique a si mismo.

Los triunfadores siempre se concentran en las posibilidades, jamás en los problemas. Cuando les sucede algo malo, lo ven como un obstáculo momentáneo, no como pruebas de que no pueden alcanzar lo que desean; Algunas veces la mejor manera de hacer cambios es dejar de centrarse en uno mismo. Evaluarse constantemente no solo puede estresarle, sino impedirle ver el final del arco iris. Mientras se esta ocupado(a) en algo significativo como ayudar a los otros, las respuestas con respecto a la propia problemática surgen espontáneamente. Si esperamos lo mejor y no nos dedicamos a poner obstáculos, podremos obtener lo que necesitamos.

Enfrente la vida con una actitud de gratitud. Esto puede sonar sin sentido, pero cosas tan sencillas como despertar y dar las gracias por el nuevo día ayudan a sentir que se tiene una vida más satisfactoria, si usted piensa que las cosas saldrán bien, así será. Y viceversa. En vez de ver el vaso vacío, mire lo que aun contiene.

Alguien que está logrando ganancias no vive preocupado(a) porque hace un tiempo tuvo un año malo. Por el contrario, se concentra en lo que puede hacer en el momento. En cualquier circunstancia en la vida, hay que olvidarse del pasado. Ese ya pasó, ya se vivió, y al igual que un rió sin agua no se detiene ni se devuelve. El presente es muy importante y no hay razón para perdérselo.

Muchas personas buscan gratificaciones inmediatas y si no las logran, se dan por vencidas rápidamente. La perseverancia y la gratitud son la clave para llegar a ser lo que quiere o lograr lo que se desea.


Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
(Filipenses 4:6)

martes, 11 de noviembre de 2008

ELEGIR CON SABIDURÍA

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El Clérigo Thomas Fuller daba un sabio consejo:”Abre bien los ojos antes de casarte y mantenlos entreabiertos después de que te cases”. Pero parece que muchos mantienen sus ojos cerrados todo el tiempo. En el momento de desposarse, teniendo en cuenta la transcendencia de la decisión, se debería echarle más cabeza a la cuestión.
Sucede que la gente se equivoca mas casándose que comprando apartamento. Cuando invertimos en vivienda, tenemos en cuenta el poniente, el vecino, el impuesto predial, la valorización, el ruido, el registro y muchas cosas más. Pero si decidimos casarnos, el pensamiento se vuelve ofensivo, simplemente amamos y soñamos. El criterio de selección es afectivo: “Querer o no querer”. La determinación quizás mas importante de nuestras vidas, la dejamos librada al sentimiento. Adiós a la reflexión.

La experiencia demuestra que con el amor a ciegas no basta. Debemos tener, al menos, claridad en dos puntos fundamentales: Que tanto estamos enamorados, y que tanto nos conviene la relación. ¿De que sirve el amor si la convivencia es un desastre? Cuando se mira las estadísticas de parejas que se casan y en poco tiempo se divorcian, los índices son realmente altos y cada día se multiplica más. Curiosamente, pese al mal pronostico, se calcula que entre el 80 y el 90% de las personas se casan y alrededor del 75% volverían a hacerlo. Es decir, los divorcios son cada vez más y, al mismo tiempo, se sigue apostándole al matrimonio.

No es bueno que el hombre este solo, declara Dios en su palabra. El ser humano no fue creado para estar solo. Entonces, la pregunta que surge es: Al tomar la decisión de casarnos, ¿Por qué no lo hacemos bien?

Los noviazgos de antaño, tan estáticos, repetitivos y calentadores de sofás, impedían conocer a los futuros consortes. El acnedotario esta lleno de personas que descubrían, después de contraer nupcias, que la pareja ni siquiera era sombra de lo que parecía ser. Las sorpresas eran mayúsculas. En realidad los novios no se mostraban como eran. Había desconocimiento.

En la actualidad los jóvenes se “cuadran” de otra manera. Hay mucho más discernimiento. La otra persona ya no permanece tan oculta. Somos menos anónimos en las relaciones y la forma como se establecen los lazos permiten mayor compenetración. Esta libertad informacional y el destape emocional deberían hacer que la gente se equivoque menos que sus antecesores a la hora de elegir con quien, sin embargo, no es así. La curva de las decepciones postmatrimoniales sigue en aumento y más acelerada. Pero la causa ya no es un problema de ignorancia, sino de sobrevaloración afectiva.

Pensamos que el matrimonio todo lo puede. No importa que la persona que decimos amar sea egoísta, fría, insegura, “derrochona”, alcohólica, agresiva, poco ambiciosa, celosa o fracasada: “Todo es subsanable si nos casamos”. Al cubrirnos con el manto del amor conyugal, creemos que todo se diluye y desaparece. Desgraciadamente, el matrimonio nada tiene de milagroso o de mágico. Por el contrario, hay veces en que el efecto es amplificador. Las pequeñas carencias del noviazgo pueden multiplicarse por mil, a los tres o cuatro años de casados.

Conocer, entender después de una reflexión es el verdadero significado de hallar esposo(a), y seria bueno tenerlo presente a la hora de tomar la decisión de casarse.

Quizás, la mejor opción sea que la mente y el corazón hagan las paces. Dejar que la sensatez module el amor, sin perder el impulso, y hacer que la pasión se vuelva inteligente, sin olvidar la apasionante “locura” que le es propia.

Quien halla esposa halla la felicidad:
Muestras de su favor le ha dado el Señor.

(Proverbios 18:22)

domingo, 9 de noviembre de 2008

Con los pies en la tierra... y la mente en el cielo...

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Vivimos en un mundo material, no lo podemos negar. Nos rodean personas, y objetos, y las necesidades se pagan con dinero. Muchas veces quisieramos poder vivir entre nubes y en un estado total de éxtasis, pero esa es una utopía. Hay que luchar, y vivir y salir adelante, es la verdad.

Sin embargo, nuestro nuevo estado, nuestra vida en Cristo nos demanda un comportamiento diferente, su palabra es clara y enfática cuando el, en sus últimos días entre los humanos, pedía a su padre celestial "Que no nos apartara del mundo". Eso es decir en pocas palabras, no podemos vivir en otro planeta, ni en otro lugar.

Se nos exige un comportamiento diferente eso sí. Una mente renovada. Con los ojos "puestos en las cosas de arriba". Se viven actualmente tiempos de mucha hostilidad. Donde el "yo" reina y el "vosotros" queda relegado. Hay mucho egoísmo, poca tolerancia y casi nada, de misericordia. Es ahí donde empieza el sentido de este artículo. Tenemos que vivir con los pies puestos sobre la tierra, para darnos cuenta de las necesidades de los demás. De la viuda que sufre solitaria, y que no tiene un pan para darle a sus hijos. Del joven excluido de su entorno, que busca en un grupo x pertenecer a algo, aún cuando sea equivocado. De la joven prostituta, arrastrada a su actual estado por que en algún momento de su vida se abusó de ella. Situaciones extremas y tremendas, gente considerada "paria" por una sociedad que no quiere condolerse, y quiere vivir complacida en su mundo de nubes. Un mundo perfecto, ignorarlos es lo mejor.

Y a pesar de tener los pies sobre la tierra tenemos que tener nuestra mente enfocada en las cosas celestiales. En el amor, en la misericordia, en la paciencia, en la benevolencia, en la tolerancia. Dar para recibir. Morir para vivir. Debemos analizarnos cada uno, y convertirnos en vasos útiles para dar la mano, y ayudar a quienes tanto nos necesitan.

Cerrar la ventana del vehículo para no saludar a la anciana que nos pide por un pan, pareciera ser la solución perfecta. Aislarnos del que sufre, así no nos vemos involucrados. Actitudes incorrectas, comportamientos erroneos, cuando se nos ha dado como mandamiento amarnos y cuidarnos. Cuando en alguna parte de la Biblia nos dice que suframos con los que sufren y riamos con los que ríen.

Para que todo esto se de en nuestras vidas, no como un comportamiento de temporada, o como una actitud de falsa benevolencia, tenemos que estar conectados al cielo. Por medio de oración, de conocimiento de la voluntad de Dios en su palabra, buscando las cosas de arriba primero. Buscando ser de un corazón justo y digno, como el corazón de Dios mismo. Cambiar paradigmas, cambiar costumbres familiares y voltear nuestros ojos espirituales al cielo para que la luz los abra. Y entonces poder identificar necesidades y poder darnos como un día lo hizo Jesucristo.

Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios.

Poned la mira en las cosas de arriba,
no en las de la tierra.
Colosenses 3:1-2

Una aportación de Lorena Pérez Quan