lunes, 13 de julio de 2009

EL CAMBIO INTERIOR

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Tantas veces nos juzgamos a nosotros mismos o peor aún dejamos que otros nos juzguen por estándares irreales o medidas no siempre posibles de llenar, medidas que otros exigen pero no cumplen, o que nosotros mismos nos imponemos. Contemplando y viviendo tiempos anormales, tiempos donde todo esta cambiando, conmoviéndose y perdiendo el orden, es de pensar que la mayoría de personas están desorientadas. Bajo este tipo de circunstancias lo programado, planificado y esperado no se puede dar basado en las expectativas de un orden antiguo; de lo que ayer era una realidad pero que no lo es.

Los cambios externos o de comportamiento no ocurren sin que antes ocurra un cambio interno, es por esto, que lo primero que nos debemos a nosotros mismos en este tiempo, es el permiso de dejar de juzgarnos y empezar a ver las perdidas, los fracasos o las caídas como instrumentos capaces de aplacar éxitos transcendentales. Si logras percibir, ver visualizar, palpar y creer, dejándote de quejarte, podrás entender que muchas veces “perdiendo se gana”. Podrás revertir una perdida en ganancia y transformar todo en bendición. Debemos aceptar el aprendizaje y agradecer los retos, soltar los resultados y dirigirte a lograr la creatividad e inteligencia.

Hay un relato sobre una prueba fuerte que le sucedió a un hombre llamado JOB (Job 1:1). Su trabajo se logro con una victoria espiritual y emocional primero: Este hombre era un hombre muy respetado en su comunidad, económicamente era afluente, pero además de esto tenia la reputación de ser un hombre integro, y de buena moral. En su comunidad las personas lo buscaban para recibir consejo. Tenía a una esposa y numerosos hijos que amaba y era feliz. Un día luego de un incendio perdió sus tierras y su ganado. Luego se derrumbo su casa matando a sus hijos. Su esposa deprimida y devastada, solo quería que Job maldijera a Dios y muriera (Job 2:9-10). Así Sin el apoyo de su esposa y habiendo perdido a sus hijos, Job cayó enfermo de sarna. Sus amigos viendo su estado tan deplorable; insistieron en argumentar que Job había cometido un pecado y que estaba siendo castigado por Dios.

El relato prosigue con la lucha mental de Job, creyendo en su propia inocencia, pero cuestionando la injusticia de su devastación. Un Job deprimido y confuso por fin acepta su situación, sin criticarse y sin renegar de Dios y encuentra respuesta. Como niño le pide perdón a Dios diciendo: “Yo conozco que todo lo puedes, que no hay pensamiento oculto de ti….hablaba lo que no entendía….cosas demasiadas grandes para mi, que yo no comprendía…óyeme y yo te preguntare, y tu me enseñaras. De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:1-5). Job se corrige, dejando de juzgar su condición presente, soltando sus estándares previos, no dejándose medir por sus amigos con buenas intenciones pero malos preceptos, que juzgan el éxito y el bien según lo que ven. El acepta recibir y oír la enseñanza que Dios le da con el tiempo, y con esto abre la puerta para un éxito mayor. Termina mostrando como Dios le aumento al doble todas las cosas que había sido de Job. Sus amigos vuelven a él para aprender de su experiencia y él logra con mayor fuerza ser un estándar para otros.

Perdiendo se gana si no nos juzgamos según nuestra condición presente, si determinamos aprender y cambiar, si aprovechamos cada prueba o cada fracaso para corregirnos, para acelerar nuestro aprendizaje, si dejamos de medirnos o aceptar la medida de otros, que es según vista. Determina tu éxito desafiando los tiempos, dando gracias por lo que hoy estas aprendiendo, aceptando aun la dureza de la prueba, que trae verdadera enseñanza y logros. Decide cambiar cada aspecto de tu vida que ya no te sirve y empieza a servirte de los tiempos. ES TIEMPO DE APRENDER PARA CAMBIAR.

Todo tiene su momento oportuno;
hay un tiempo para todo
lo que se hace bajo el cielo…
(Eclesiastés 3:1)