domingo, 3 de enero de 2010

Agradecido…..Otra vez agradecido.


¿Cuáles son los deseos de tu corazón? ¿Qué es lo que tanto has anhelado y aún no ha llegado? ¿La frustración, la desilusión y el desencanto ya han tocado tu corazón? ¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando estas cosas nos suceden? Sin duda que lo primero es un deseo interno de quejarnos. Ver la vida como injusta con nosotros y, a la gente como nuestros verdugos y a Dios como insensible, lejano y desinteresado. La vida no nos debe nada y si Dios nos pasara la cuenta de todas sus misericordias tendríamos que retroceder y caer de rodillas, pedir perdón y decirle que hemos sido injustos con él y con la vida.


Tenemos muchas razones para agradecer. Todo lo bueno que tenemos necesita ser mirado como un regalo de Dios. Si no lo miro como un regalo entonces lo veo como un derecho y cuando lo veo como un derecho termino exigiendo mis derechos, protestando por mis derechos y angustiándome por mis derechos. Cuando todo lo veo como un regalo, termino dando gracias a Dios por sus regalos. Ni Dios, ni la vida ni alguien más nos debe nada. Necesitamos entonces disfrutar de lo que somos y lo que tenemos con espíritu de agradecimiento. Necesitamos vivir con esa actitud de agradecimiento a Dios, la gratitud es un reconocimiento de que la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo.


El Talmud Judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un viernes antes del Shabbat. Bruria decidió no decirle a su esposo a cerca de la muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el Sabbat, ya que de acuerdo a la ley Judía, no se permite tener un funeral ni expresar luto en el Sábado. De todas maneras no había nada que ellos pudieran hacer sino hasta después del sábado. Bruria guardó la información para ella misma y dejó que su esposo gozara la celebración del Sabbat. (Imagínese la capacidad de esa mujer para hacer eso, tratando de explicarle a su esposo donde estaban sus hijos). Cuando la celebración del sábado terminó, Ella le preguntó a su esposo: ¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las dos joyas ha pedido que le retorne esas dos joyas? El esposo respondió: Esa persona necesita regresarlas al propietario. Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto donde yacían sus hijos muertos y le dijo: “Dios nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos prestó”. Bruria enseñó de esa manera la lección trasformadora de la vida. Todo lo que tenemos no sólo en un Regalo, sino también un préstamo.


No somos señores de nada, somos sólo siervos a quién El Señor les ha prestado todo. “Si juzgas que tienes pocos bienes para agradecer a Dios, agrádesele al menos…los muchos males que no tienes en la vida”. Autor desconocido.


Nosotros somos espiritualmente liberados cuando comenzamos a ver todo lo que tenemos, somos y deseamos no sólo como un regalo de Dios y de la vida, sino también cuando lo vemos como un préstamo. Un Préstamo nos devuelve el sentido de Responsabilidad. Necesito ser responsable con lo que no es mío. Un Préstamo me permite disfrutar al máximo de lo que tengo antes de que me lo pidan. Un Préstamo me hace ser agradecido con el propietario de quién me lo ha prestado. Un Préstamo me hace ser sensible. Un Préstamo me libera de exigir. Cuando entendemos que todo es un regalo y un préstamo de Dios comenzamos a sentir gratitud hacia Dios, la fuente de toda cosa buena y comenzamos a crecer más y más cerca de él en una manera auténtica, llena de gozo y liberación interna. Es triste encontrar en la vida gente que pierde la belleza del agradecimiento. Muchos ven la vida como la gran deudora para ellos.


El más grande regalo que hemos recibido de Dios ha sido que en nuestra condición de pecadores, nos haya adoptado como sus hijos. Un corazón agradecido se torna cada vez más sensible a las necesidades de los demás porque el agradecimiento enternece las fibras del alma. El corazón agradecido siempre está de celebración aún en medio del llanto. El corazón agradecido tiene las puertas abiertas ante la presencia de Dios.


Rescatemos nuestro corazón del pozo cenagoso de la desilusión, el desencanto y la queja. Pongámoslo con pie firme en la roca de firmeza agradecida y descubriremos que cuando vivimos agradecidos el horizonte se amplia y la noche se acorta. Comencemos en casa. Comencemos por decir cada día a cada miembro de familia, “Muchas Gracias” por cada detalle, cada servicio y cada gesto. Recuerda que nadie te debe nada. Todo lo tienes como un regalo y un préstamo. Dios es Dios de Gracia. Y él te dice hoy: “Gracias hijo mío, por dejarte amar y dejarme ser tu padre”.


Agradecido me siento cuando te veo caminar
Agradecido te miro por el pasillo andar,
Agradecido te digo que vale la pena contemplar
juntos, muy juntos el sol cuando se va ocultar.


Por qué no estar agradecido
si todo él me lo vino a regalar
cuando nada poseía
cuando casi no veía
ni mi corazón sentía
y menos podía palpitar.


Él extendió su mano y me invito a comenzar
una nueva trayectoria
que no podía imaginar.


Él y yo comenzamos por el sendero nuevo a transitar
y en el proceso tú yo nos vinimos a encontrar.
Y ya no dos sino tres continuamos el andar.
Dime si no hay motivos para agradecido estar.


Gracias Señor. Tu amor es tan especial que cada día lo puedo palpar, en las pequeñas y en las grandes demostraciones de tu impresionante dar. Porque olvidarme hoy de tu bondad y tu amor. Déjame elevar ante ti esta nota con fervor. Y así con un corazón abierto decirte...Muchas gracias Mi señor.


Gracias Señor….recibo con gozo todas estas muestras de tu bondad...y quiero no sólo disfrutarlas pero compartirlas con otros. No quiero hoy contaminar las vidas de otros con lamentos y quejas… quiero llevarles la nota de agradecimiento que tanto han anhelado escuchar.

El agradecimiento que sólo consiste en el deseo,
es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.

Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español.