
miércoles, 15 de febrero de 2012
UNA PERDIDA......
domingo, 15 de enero de 2012
LA MENTIRA...
domingo, 20 de noviembre de 2011
DEJAR DE QUEJARSE....
domingo, 27 de marzo de 2011
EL COMPROMISO...
lunes, 7 de marzo de 2011
TRAICIÓN...
domingo, 13 de febrero de 2011
EN EL DESIERTO...
NO EN VANO HAS RECIBIDO ENTRENAMIENTO EN EL DESIERTO!!!
Dios acompañó al niño, y éste fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero. Génesis 21:20.
El Señor le dijo a Aarón: «Anda a recibir a Moisés en el desierto.» Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó. ÈXODO 4:27.
sábado, 22 de enero de 2011
SOY FUERTE....
domingo, 21 de noviembre de 2010
ES TU DECISIÓN....ESCOGE
Todos debemos escoger constantemente. En la vida hay tres elecciones difíciles. La primera es a qué me dedicaré. ¿Cuál es tu vocación? ¿Serás médico, administrador, vendedor o empresario? No puedes llegar a los 40 años sin saberlo.
Escoge siempre lo correcto cuando estés ante dos opciones que te agradan. Los cristianos escogemos de acuerdo a nuestros principios y valores; luego, de acuerdo a nuestras posibilidades y por último dejamos los gustos. En el vestir por ejemplo, primero hay que evaluar si la prenda que deseamos usar es adecuada según los principios de decencia y virtud, luego debemos ver si podemos adquirirla y por último, escoger la que nos gusta de las que ya tienen las condiciones anteriores.
domingo, 17 de octubre de 2010
COMO LA NIEBLA...
Lucía Pontini, de Milán, Italia, murió en un choque de automóvil cuando iba a todo escape a cobrar el gran premio de la lotería: tres millones de dólares. Su cuñada, Gabriela Rossini, comentó: Ella se puso sobresaltada con el premio, y corrió a cobrarlo. ¿Quién hubiera imaginado que ese era el principio de su fin?
Nada en este mundo debe ser más importante que Dios en nuestra vida. Llega a ser un ídolo cualquier cosa a la que le demos más importancia que el señorío de Cristo. Y los ídolos todos se acaban. La única esperanza que es viva, permanente y segura es la que ofrece Cristo. Podemos tener la seguridad absoluta de que al morir iremos a estar en la presencia del Señor. Con esa seguridad cualquier pérdida en este mundo tiene poca importancia.
ESTA EN NOSOTROS...
Entonces, el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí… No sólo es importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?-
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento…¡Que hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no!. Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.
Luz, demos luz. Tenemos en Jesús el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)
sábado, 25 de septiembre de 2010
MOMENTOS CRITICOS...

En el camino suele haber días tan dulces y días tan tristes, pero en esto me pregunto, qué sería de mi si no conociera la tristeza, el dolor, no lo sé, simplemente he dado respuesta a esto con más preguntas.
Dentro del camino suelen tener la compañía o la presencia en algunos momentos, pero también puede reinar la soledad. Puedes observar las huellas que han quedado impregnadas dentro de tu camino y puedes darte cuenta de lo que en realidad necesita tu vida.
Dentro de este camino hay espinas que nunca salen de tu interior, hay estrellas que suelen señalar, pero quizás nunca llegues a palpar su calor. Hay momentos que rebasas tu felicidad y momentos en agonías en tu dolor, pero la vida es un subir y bajar de emociones, es una vida peligrosa pero a la vez suele ser hermosa.
El ser no es más grande por su tamaño si no por la fuerza que se encuentra en su interior: ¿Qué pasaría con las ilusiones y con los logros si entre ellos no existe un esfuerzo? ¿Qué pasaría con caer y no levantarse? No podríamos conocer el éxito, hay personas que luchan y consiguen llegar a la meta sin limitarse en ella, sino seguir más adelante.
En el camino en algunos momentos es necesario mirar hacia atrás, pero no es necesario retroceder, es necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más profundo de lo que escucharás en la turbulencia, trata de observar a tu alrededor; cada uno tiene un universo diferente, tal vez inexplorado o sin descubrir, tal vez tu sólo estés soñando, y yo sólo sea parte de tu sueño.
La Vida es un proceso que hacer germinar dentro de nuestro corazón las semillas de la Esperanza, la Fe y El Amor. Nunca exterminemos esas semillas, por el simple hecho que no entendamos los momentos críticos de la Vida.
¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Salmo 34:12.
Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz. Salmo 36:9.
jueves, 16 de septiembre de 2010
LA SORPRESA

Su desaliñado abrigo de tela, pantalones parchados, zapatos desgastados, y cálida personalidad le hacían sobresalir en medio de la acostumbrada multitud de quienes desayunaban el sábado en la mañana. Inolvidables eran sus pálidos ojos azules que centelleaban como diamantes, grandes y rosadas mejillas, y labios delgados mantenidos en una cerrada y firme sonrisa.
Se detuvo, volteó todo su cuerpo y guiñó el ojo a una niñita sentada junto a la puerta. Ella le devolvió una gran sonrisa. Una joven mesera llamada María le vio dirigirse hacia la mesa junto a la ventana. María corrió hacia él y le dijo: “Aquí, Señor. Permítame ayudarle con esa silla”.
Sin decir palabra, él sonrió y agradeció con la cabeza. Ella alejó la silla de la mesa y, afirmándolo con un brazo, le ayudó a colocarse frente a la silla y a sentarse cómodamente. Entonces, ella le acercó la mesa y colocó su bastón contra ella donde él pudiese alcanzarla.
Con una suave y clara voz, él dijo: “Gracias, Señorita. Y que Dios la bendiga por su bondadoso gesto”. “Gracias, Señor”, contestó ella. “Y mi nombre es María. Vuelvo en un momento y, si necesita algo entretanto, ¡tan sólo hágame señas!”
Tras de terminar su generosa porción de panqueques, tocino y té de limón caliente, María le trajo el cambio de su cuenta. Él la dejó en la mesa. Ella lo ayudó a levantarse de su silla y de detrás de la mesa, le dio su bastón y le acompañó a la puerta principal. Manteniendo la puerta abierta para él, ella le dijo: “¡Le esperamos de vuelta, Señor!” Se volteó con todo su cuerpo, gesticuló una sonrisa y cabeceó agradecido. “Ud. es muy bondadosa”, dijo suavemente.
Cuando María fue a limpiar su mesa, casi se desmayó. Debajo de su plato, ella halló una tarjeta de presentación con una notita escrita en una servilleta. Bajo la servilleta había un billete de cien dólares. La nota en la servilleta decía: “Querida María, la respeto mucho y Ud. se respeta a sí misma también. Es evidente por la manera en que trata a los demás. Ud. ha hallado el secreto de la felicidad. Sus gestos bondadosos brillarán a través de los que le conozcan”.
El hombre que ella había atendido era el dueño del restaurante en el que laboraba. Esta fue la primera vez que ella o alguno de sus empleados lo habían visto en persona.
Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos. Proverbios 8:32
domingo, 3 de enero de 2010
Agradecido…..Otra vez agradecido.
¿Cuáles son los deseos de tu corazón? ¿Qué es lo que tanto has anhelado y aún no ha llegado? ¿La frustración, la desilusión y el desencanto ya han tocado tu corazón? ¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando estas cosas nos suceden? Sin duda que lo primero es un deseo interno de quejarnos. Ver la vida como injusta con nosotros y, a la gente como nuestros verdugos y a Dios como insensible, lejano y desinteresado. La vida no nos debe nada y si Dios nos pasara la cuenta de todas sus misericordias tendríamos que retroceder y caer de rodillas, pedir perdón y decirle que hemos sido injustos con él y con la vida.
Tenemos muchas razones para agradecer. Todo lo bueno que tenemos necesita ser mirado como un regalo de Dios. Si no lo miro como un regalo entonces lo veo como un derecho y cuando lo veo como un derecho termino exigiendo mis derechos, protestando por mis derechos y angustiándome por mis derechos. Cuando todo lo veo como un regalo, termino dando gracias a Dios por sus regalos. Ni Dios, ni la vida ni alguien más nos debe nada. Necesitamos entonces disfrutar de lo que somos y lo que tenemos con espíritu de agradecimiento. Necesitamos vivir con esa actitud de agradecimiento a Dios, la gratitud es un reconocimiento de que la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo.
El Talmud Judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un viernes antes del Shabbat. Bruria decidió no decirle a su esposo a cerca de la muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el Sabbat, ya que de acuerdo a la ley Judía, no se permite tener un funeral ni expresar luto en el Sábado. De todas maneras no había nada que ellos pudieran hacer sino hasta después del sábado. Bruria guardó la información para ella misma y dejó que su esposo gozara la celebración del Sabbat. (Imagínese la capacidad de esa mujer para hacer eso, tratando de explicarle a su esposo donde estaban sus hijos). Cuando la celebración del sábado terminó, Ella le preguntó a su esposo: ¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las dos joyas ha pedido que le retorne esas dos joyas? El esposo respondió: Esa persona necesita regresarlas al propietario. Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto donde yacían sus hijos muertos y le dijo: “Dios nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos prestó”. Bruria enseñó de esa manera la lección trasformadora de la vida. Todo lo que tenemos no sólo en un Regalo, sino también un préstamo.
No somos señores de nada, somos sólo siervos a quién El Señor les ha prestado todo. “Si juzgas que tienes pocos bienes para agradecer a Dios, agrádesele al menos…los muchos males que no tienes en la vida”. Autor desconocido.
Nosotros somos espiritualmente liberados cuando comenzamos a ver todo lo que tenemos, somos y deseamos no sólo como un regalo de Dios y de la vida, sino también cuando lo vemos como un préstamo. Un Préstamo nos devuelve el sentido de Responsabilidad. Necesito ser responsable con lo que no es mío. Un Préstamo me permite disfrutar al máximo de lo que tengo antes de que me lo pidan. Un Préstamo me hace ser agradecido con el propietario de quién me lo ha prestado. Un Préstamo me hace ser sensible. Un Préstamo me libera de exigir. Cuando entendemos que todo es un regalo y un préstamo de Dios comenzamos a sentir gratitud hacia Dios, la fuente de toda cosa buena y comenzamos a crecer más y más cerca de él en una manera auténtica, llena de gozo y liberación interna. Es triste encontrar en la vida gente que pierde la belleza del agradecimiento. Muchos ven la vida como la gran deudora para ellos.
El más grande regalo que hemos recibido de Dios ha sido que en nuestra condición de pecadores, nos haya adoptado como sus hijos. Un corazón agradecido se torna cada vez más sensible a las necesidades de los demás porque el agradecimiento enternece las fibras del alma. El corazón agradecido siempre está de celebración aún en medio del llanto. El corazón agradecido tiene las puertas abiertas ante la presencia de Dios.
Rescatemos nuestro corazón del pozo cenagoso de la desilusión, el desencanto y la queja. Pongámoslo con pie firme en la roca de firmeza agradecida y descubriremos que cuando vivimos agradecidos el horizonte se amplia y la noche se acorta. Comencemos en casa. Comencemos por decir cada día a cada miembro de familia, “Muchas Gracias” por cada detalle, cada servicio y cada gesto. Recuerda que nadie te debe nada. Todo lo tienes como un regalo y un préstamo. Dios es Dios de Gracia. Y él te dice hoy: “Gracias hijo mío, por dejarte amar y dejarme ser tu padre”.
Agradecido te miro por el pasillo andar,
Agradecido te digo que vale la pena contemplar
juntos, muy juntos el sol cuando se va ocultar.
Por qué no estar agradecido
si todo él me lo vino a regalar
cuando nada poseía
cuando casi no veía
ni mi corazón sentía
y menos podía palpitar.
Él extendió su mano y me invito a comenzar
una nueva trayectoria
que no podía imaginar.
Él y yo comenzamos por el sendero nuevo a transitar
y en el proceso tú yo nos vinimos a encontrar.
Y ya no dos sino tres continuamos el andar.
Dime si no hay motivos para agradecido estar.
Gracias Señor. Tu amor es tan especial que cada día lo puedo palpar, en las pequeñas y en las grandes demostraciones de tu impresionante dar. Porque olvidarme hoy de tu bondad y tu amor. Déjame elevar ante ti esta nota con fervor. Y así con un corazón abierto decirte...Muchas gracias Mi señor.
Gracias Señor….recibo con gozo todas estas muestras de tu bondad...y quiero no sólo disfrutarlas pero compartirlas con otros. No quiero hoy contaminar las vidas de otros con lamentos y quejas… quiero llevarles la nota de agradecimiento que tanto han anhelado escuchar.
es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español.
domingo, 20 de septiembre de 2009
LA TIMIDEZ

La timidez se manifiesta en la dificultad para conducir con naturalidad y aplomo en situaciones sociales, como hacer uso de la palabra en público, entablar conversación con personas del sexo opuesto, hablar con el jefe y personas importantes, participar en una reunión, solicitar directamente un favor personal. El tímido es muy sensible a la crítica. Con facilidad se siente herido en sus sentimientos.
En una fiesta no hallará qué hacer, se siente incómodo. En vez de divertirse como los demás, se aburre conversando con alguna persona, aunque no sea de su agrado, aparentando que le interesa la plática.
Para perder este miedo escénico, es necesario que tomemos valor para hacer aquello que nos provoca este temor. Si nos da miedo hablar en público, por ejemplo, debemos aprovechar toda oportunidad que se nos presente para hacerlo. Aun cuando al comienzo no salgamos bien librados en este empeño, a medida que lo intentemos lograremos mejores resultados.
Es saludable que nos amemos y respetemos. Eso nos dará la confianza que necesitamos para relacionarnos con naturalidad con los demás. Recordemos decirnos: “Nadie es superior a mi”. Nadie es inferior a mi”. Miremos a los ojos y sonriamos cuando hablemos con otras personas. Mantengamos la barbilla ligeramente en alto. No bajemos ni desviemos la mirada.
Si en una conversación no hallamos qué decir, hagamos preguntas que animen a nuestro interlocutor a referirse a cosas de su interés. Escuchemos con atención a quien nos habla. La gente valora más a los que saben escuchar que a los que hablan mucho. Recordemos: “El arte de conversar es, ante todo, el arte de escuchar”.
No temamos equivocarnos, decir algo impropio o inoportuno. Ningún ser humano es perfecto. Todos “Metemos la pata” de vez en cuando. Seamos capaces de reírnos de nuestros propios errores y traspiés. No tomemos todo como cosa de vida o muerte, ni hagamos una montaña de un granito de arena.
Aceptémonos a nosotros mismos. Reconozcamos que es natural que tengamos algunas limitaciones. La aceptación de nosotros mismos no es conformarnos con lo que somos. Es el punto de partida para emprender, sobre una base real, un programa de desarrollo personal, buscando el fortalecimiento de nuestras cualidades y la superación de nuestras debilidades y limitaciones.
Nos dice Dios en su palabra:
¿Quién eres tú, que temes a los hombres,
a simples mortales, que como hierba son tratados?
(Isaías 51:12)NVI.
lunes, 24 de agosto de 2009
TIEMPO

El que quiere besar busca la boca, dicen los abuelos con frecuencia. Y nada es más cierto. El que quiere algo, lo busca o al menos lo intenta. ¿Quién no ha recibido alguna vez la respuesta “Es que no tengo tiempo”, a peticiones tales como: ¿Cuándo nos vemos? O ¿Por qué no me escribes? La negación de disponer de tiempo es posiblemente la mentira más ampliamente utilizada. Todos tenemos tiempo, pero éste va del brazo con nuestras prioridades. Quizá, mas que mentira, se le podría llamar frase sin acabar y sin empezar: No es que no tenga tiempo, es que ¡No tengo tiempo para ti!
Es una cruel negación. Uno quiere creer que quizá esa persona esté tan ocupada que de veras no pueda verte, pero no. No, y no. En otras palabras, te podría decir: Es que no eres lo bastante importante, ¿sabes? Por encima de ti está darme un baño, dormir un poco, ver la televisión, ir al gimnasio, leer un rato, chatear, salir con mis amigos y sólo si después de eso me quedan ganas y un espacio de tiempo que no sé con que rellenar, vas tú. Así que, es muy difícil que te toque.
Y el ejemplo no vale sólo para esa persona que te deja sin respiración en cuanto la ves. Vale también para tu mejor amiga, para tu vecina, para tu madre, para tu hermana, para tu novio(a). Si oyes el no tengo tiempo como respuesta a alguna de tus proposiciones o peticiones, sabrás en qué estima te tienen: baja. Para ellos eres completamente prescindible y ocupas un lugar tan bajo en su lista de de prioridades que, más que prioridad, encabezas la lista de molestias. Aunque suene duro, es mejor que te vayas olvidando de todo el que te diga: Lo malo es que “no tengo tiempo” es una excusa archiutilizada. Eso sí, al que te diga “Cuando quieras”, sujétalo contra viento y marea, contra lluvia y huracanes.
¿No me crees? Haz memoria. Seguro que te queda algo que hacer y disfrutar con alguien y lo único que haces no es más que posponer y posponer. Hasta que tengas tiempo. Es decir, hasta que te hayas hartado de hacer todo lo que te place y un día te veas mirando al techo pensando qué carrizo hacer y de pronto se te ocurra: Voy a llamar a menganita, seguro que empezarás con la mentira….Ayayay perdona que haya pasado tanto tiempo sin llamar. Es que he estado muy ocupado(a). ¿Sí o sí?
Recuerda, que el tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan, demasiado rápido para aquellos que temen, demasiado largo para aquellos que sufren, demasiado corto para aquellos que gozan y demasiado bello para aquellos que aman.

y todo lo que se quiere
debajo del cielo tiene su hora…
Tiempo de edificar….
Tiempo de abrazar…
Tiempo de amar…
Tiempo de paz.
miércoles, 19 de agosto de 2009
¿PERDONAR?
Hoy quiero hablarles sobre el perdón. El perdón no es un mecanismo para liberar de culpa a quien nos ofendió, si no para que yo sea libre de la amargura que aquella persona dejó en mi corazón.
Yo puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido de haberme dañado, porque mi intención al perdonar no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que tenga paz espiritual.
Tu y yo necesitamos decidir perdonar para ser libres de las heridas del alma.
Cuando tu decides perdonar a alguien, es indispensable que lo confieses con tu boca, no pienses el perdón, habla el perdón, no importa que estés solo, quizá vas en tu automóvil escuchando música y piensas ¨yo necesito perdonar porque quiero ser libre¨, pero no es suficiente que lo pienses, hay que confesarlo con tu boca y alojarlo en tu corazón.
Lo importante es decidir perdonar, quizá sea difícil dar el primer paso, pero entiende que es mejor hacerlo ahora que seguir mortificandote por algo que ya pasó.
¿Te cuesta perdonar? Sucede esto: el que se da por ofendido o es ofendido, el que se resiente, el que odia tiende como un puente entre él y el que es objeto de sus resentimientos y odios. Ese puente está hecho de resistencias mentales y emocionales que ponen al sujeto que las padece dentro de un círculo de fuego verdaderamente infernal, lo que ocasiona gran sufrimiento ¿Qué hacer? Perdonar.
Perdonar es, ¨quebrar esos vínculos y desligarse, extinguir esos sentimientos como quien apaga una llama¨. Y hay que hacerlo cuanto antes porque el que almacena en su corazón resentimientos, odios, deseos de venganza es como quien ingiere veneno: se autodestruye mientras sufre insensatamente.
Se habla de dos clases de perdón: el intencional o de voluntad y el emocional; el primero es relativamente fácil de darse en mucha gente basándose en principios religiosos y morales; el segundo cuesta , pues equivale a ese proceso de ir curando poco a poco la herida que el supuesto ofensor y su ofensa han dejado en el alma.
El perdón es ver el aprendizaje, la enseñanza; porque yo atraje esa persona o situación a mi vida si yo soy la fuerza creadora, para algo yo lo atraje y trabajando on el perdón, lo libero y dejo partir el resentimiento, la rabia, la desesperanza, la depresión.
Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano
que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta setenta veces siete.
Mt: 18:21,22
lunes, 13 de julio de 2009
EL CAMBIO INTERIOR

Tantas veces nos juzgamos a nosotros mismos o peor aún dejamos que otros nos juzguen por estándares irreales o medidas no siempre posibles de llenar, medidas que otros exigen pero no cumplen, o que nosotros mismos nos imponemos. Contemplando y viviendo tiempos anormales, tiempos donde todo esta cambiando, conmoviéndose y perdiendo el orden, es de pensar que la mayoría de personas están desorientadas. Bajo este tipo de circunstancias lo programado, planificado y esperado no se puede dar basado en las expectativas de un orden antiguo; de lo que ayer era una realidad pero que no lo es.
Los cambios externos o de comportamiento no ocurren sin que antes ocurra un cambio interno, es por esto, que lo primero que nos debemos a nosotros mismos en este tiempo, es el permiso de dejar de juzgarnos y empezar a ver las perdidas, los fracasos o las caídas como instrumentos capaces de aplacar éxitos transcendentales. Si logras percibir, ver visualizar, palpar y creer, dejándote de quejarte, podrás entender que muchas veces “perdiendo se gana”. Podrás revertir una perdida en ganancia y transformar todo en bendición. Debemos aceptar el aprendizaje y agradecer los retos, soltar los resultados y dirigirte a lograr la creatividad e inteligencia.
Hay un relato sobre una prueba fuerte que le sucedió a un hombre llamado JOB (Job 1:1). Su trabajo se logro con una victoria espiritual y emocional primero: Este hombre era un hombre muy respetado en su comunidad, económicamente era afluente, pero además de esto tenia la reputación de ser un hombre integro, y de buena moral. En su comunidad las personas lo buscaban para recibir consejo. Tenía a una esposa y numerosos hijos que amaba y era feliz. Un día luego de un incendio perdió sus tierras y su ganado. Luego se derrumbo su casa matando a sus hijos. Su esposa deprimida y devastada, solo quería que Job maldijera a Dios y muriera (Job 2:9-10). Así Sin el apoyo de su esposa y habiendo perdido a sus hijos, Job cayó enfermo de sarna. Sus amigos viendo su estado tan deplorable; insistieron en argumentar que Job había cometido un pecado y que estaba siendo castigado por Dios.
El relato prosigue con la lucha mental de Job, creyendo en su propia inocencia, pero cuestionando la injusticia de su devastación. Un Job deprimido y confuso por fin acepta su situación, sin criticarse y sin renegar de Dios y encuentra respuesta. Como niño le pide perdón a Dios diciendo: “Yo conozco que todo lo puedes, que no hay pensamiento oculto de ti….hablaba lo que no entendía….cosas demasiadas grandes para mi, que yo no comprendía…óyeme y yo te preguntare, y tu me enseñaras. De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:1-5). Job se corrige, dejando de juzgar su condición presente, soltando sus estándares previos, no dejándose medir por sus amigos con buenas intenciones pero malos preceptos, que juzgan el éxito y el bien según lo que ven. El acepta recibir y oír la enseñanza que Dios le da con el tiempo, y con esto abre la puerta para un éxito mayor. Termina mostrando como Dios le aumento al doble todas las cosas que había sido de Job. Sus amigos vuelven a él para aprender de su experiencia y él logra con mayor fuerza ser un estándar para otros.
Perdiendo se gana si no nos juzgamos según nuestra condición presente, si determinamos aprender y cambiar, si aprovechamos cada prueba o cada fracaso para corregirnos, para acelerar nuestro aprendizaje, si dejamos de medirnos o aceptar la medida de otros, que es según vista. Determina tu éxito desafiando los tiempos, dando gracias por lo que hoy estas aprendiendo, aceptando aun la dureza de la prueba, que trae verdadera enseñanza y logros. Decide cambiar cada aspecto de tu vida que ya no te sirve y empieza a servirte de los tiempos. ES TIEMPO DE APRENDER PARA CAMBIAR.
hay un tiempo para todo
lo que se hace bajo el cielo…
jueves, 25 de junio de 2009
APARIENCIAS

Vivimos la vida como una actuación. Cada día se nos impone con mayor fuerza la cultura de la apariencia, del que dirán. Regalamos por cumplir, por no quedar mal, porque todos lo hacen, no por agradar.
Manejados por la publicidad y las propagandas, compramos no lo que necesitamos, sino lo que el mercado necesita que compremos y para que nos vean los demás. No para nosotros realmente. Decimos que nos divertimos mucho en la reunión, porque se espera que digamos eso, que nos gustó mucho la película publicitada, que todo el mundo dice que es muy buena, aunque nos hayamos aburrido soberanamente al verla, aplaudimos porque todos lo hacen, sonreímos sin saber porque, cuando todos lo hacen.
Cada día son menos las personas que se atreven a vivir, a ser dueños de su propia vida, a quererse. La mayoría viven para los demás. El televisor, las costumbres, las modas, el que dirán.
El que dirán constituye una agobiante preocupación que se abate sobre muchas personas. Es como una especie de terror a hacer el ridículo, de obsesión por ser como todos, a seguir el camino que siguen todos, a trabajar en lo de todos, a no romper esquemas porque “no somos capaces de hacer aquello que los demás no hacen para llegar a tener lo que los demás no tendrán”. Por ello hacemos mayor ostentación de lujos a o de originalidad y en la mayoría de los casos preferimos esto, antes que invertir en nosotros mismos, en nuestra salud tanto física como mental y espiritual, en sentirnos a gusto en estar bien con nosotros mismos.
Lastimosamente nos centramos en: “Ir allí adonde va todo el mundo” “Hacer lo que todos hacen” “Aplazar lo bueno, lo que nos mejora la salud física, espiritual, a cambios de adquirir apariencia
inmediatamente” “En pensar como todos”. Una de estas suele ser la razón. “¿Qué quiere que haga? Es lo que hace todo el mundo”.
Si lo han rechazado por la sencilla razón de que no viste con ropa de marca, diseñada por diseñadores famosos y lo tildan de “Mal vestido”, no se preocupe, solo tiene que sacrificarse y dejar de comer si es posible durante un mes, tal ves así pueda reunir para comprarse aunque sea una pieza de marca, la cual se tiene que poner cada vez que visite a sus amistades, también puede comprar ropa de imitación y hacerla pasar por original, simplemente consiga etiquetas de ropa de marcas y cósalas en su ropa de imitación. Así se sentirá bien aunque este enfermo. Vivir una vida de mentira, es no vivir. Vivir una vida imaginaria o aparentando lo que no es, es vivir estando muerto, es en definitiva no quererse.
mejores de lo que realmente son.
Más bien, véanse ustedes mismos
según la capacidad que Dios
les ha dado como seguidores de Cristo.
Romanos 12:3 (Biblia Lenguaje Sencillo)