Hoy quiero hablarles sobre el perdón. El perdón no es un mecanismo para liberar de culpa a quien nos ofendió, si no para que yo sea libre de la amargura que aquella persona dejó en mi corazón.
Yo puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido de haberme dañado, porque mi intención al perdonar no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que tenga paz espiritual.
Tu y yo necesitamos decidir perdonar para ser libres de las heridas del alma.
Cuando tu decides perdonar a alguien, es indispensable que lo confieses con tu boca, no pienses el perdón, habla el perdón, no importa que estés solo, quizá vas en tu automóvil escuchando música y piensas ¨yo necesito perdonar porque quiero ser libre¨, pero no es suficiente que lo pienses, hay que confesarlo con tu boca y alojarlo en tu corazón.
Lo importante es decidir perdonar, quizá sea difícil dar el primer paso, pero entiende que es mejor hacerlo ahora que seguir mortificandote por algo que ya pasó.
¿Te cuesta perdonar? Sucede esto: el que se da por ofendido o es ofendido, el que se resiente, el que odia tiende como un puente entre él y el que es objeto de sus resentimientos y odios. Ese puente está hecho de resistencias mentales y emocionales que ponen al sujeto que las padece dentro de un círculo de fuego verdaderamente infernal, lo que ocasiona gran sufrimiento ¿Qué hacer? Perdonar.
Perdonar es, ¨quebrar esos vínculos y desligarse, extinguir esos sentimientos como quien apaga una llama¨. Y hay que hacerlo cuanto antes porque el que almacena en su corazón resentimientos, odios, deseos de venganza es como quien ingiere veneno: se autodestruye mientras sufre insensatamente.
Se habla de dos clases de perdón: el intencional o de voluntad y el emocional; el primero es relativamente fácil de darse en mucha gente basándose en principios religiosos y morales; el segundo cuesta , pues equivale a ese proceso de ir curando poco a poco la herida que el supuesto ofensor y su ofensa han dejado en el alma.
El perdón es ver el aprendizaje, la enseñanza; porque yo atraje esa persona o situación a mi vida si yo soy la fuerza creadora, para algo yo lo atraje y trabajando on el perdón, lo libero y dejo partir el resentimiento, la rabia, la desesperanza, la depresión.
Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano
que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta setenta veces siete.
Mt: 18:21,22
No hay comentarios:
Publicar un comentario