Hace algún tiempo decía una mujer tuve un problema con mi amiga Flor. Su esposo la había abandonado dos semanas antes, y ella lucía terrible. Sus ojos estaban enrojecidos y sus manos temblando. Lo que debí haber hecho, como amiga, era levantarle el ánimo y darle un abrazo, o llevarla a la cafetería más cercana para ofrecerle un café y un poco de compañía. En lugar de eso, comentaba esta mujer, me ofusque y le pregunté que si estaba bien, en un tono que claramente exigía una respuesta positiva. Cuando me dijo que estaba bien, con una voz vacilante, yo acogí esa pequeña y valiente mentira con una aceptación que no sólo era inapropiada sino cruel. Termino contando que después de una breve charla sobre el estado del tiempo, se despidió con un jovial adiós, y se fue, dejando a su amiga allí abrazando su dolor.
Muchas amistades aparentemente sólidas, están construidas sobre arenas movedizas. “La relación está basada en estructuras frágiles de reglas sociales no establecidas”. La idea es que la pasan muy bien juntas con “exigencias” y “motivaciones” normales. Sin embargó, cuando una de las dos personas está en crisis, todas estas reglas y con ellas las expectativas, de repente cambian, y algunos de los llamados amigos descubren que no pueden manejar la situación. A otras personas, en cambio, las aterroriza la depresión, creen que puede ser contagiosa, de manera que desaparecen antes de que el mal se propague”.
Muchas veces una pareja de amigos puede sentir que la persona que está sola de nuevo es una amenaza para sus “vidas”. Empiezan a sentirse inseguros pensando que también les puede pasar a ellos y, entonces, la tendencia es tratar de forzarle a que vuelva con su pareja o rechazarle del todo. Es un hecho triste que cuando una persona se encuentra más vulnerable y necesita confiar en sus amigos, éstos estén temerosos y se alejen. A veces los amigos desean ayudar, pero están demasiado preocupados por trazar una línea invisible entre ser un soporte y ser un intruso. Pero esto es exactamente lo que nadie quiere que pase cuando la autoestima está por el piso.
En su lugar, se necesitan amigos bien intencionados que no se sientan paralizados al tomar el toro por los cuernos y que se pregunten cómo pueden servir de ayuda. Si usted sabe que su amigo vive en dificultades, haga algo al respecto. Diga: “No estoy muy seguro(a) de cómo manejar esto, pero en realidad me gustaría ayudar”. No es bueno esperar a que su amigo(a) venga a pedir ayuda. El puede estar en casa pensando: ¿Por qué no está ninguno de mis amigos para apoyarme? Sin embargo dos personas que tienen una relación amistosa deben cuidarse de caer en la trampa de la dependencia. Los amigos bien intencionados no pueden llevar toda la carga de lo que está pasando.
Existen muchas razones por las cuales una crisis puede construir o acabar una relación. Algunas veces, la persona que está sufriendo vive rodeada de amigos que están presentes en las buenas épocas y desaparecen ante el primer signo de problema, pero la realidad es que con frecuencia, es más complicado que eso.
En muchos casos, las relaciones amistosas tambalean porque la persona en crisis falla en la forma de exponer sus necesidades. “Usted tiene que pedir ayuda, no trate de sobrellevar solo(a) una dificultad. Mientras algunas personas descubren que un amigo en necesidad es un “ex amigo”, otros afrontan las crisis formando vínculos más fuertes y más profundos que antes.
Saber escuchar es la clave para ser un buen soporte en una crisis; sin embargo, no es tan fácil como parece. No se sienta obligado a tener una solución, a veces sólo escuchar puede ser de gran ayuda, anime a su amigo para que se desahogue con preguntas que requieren más que un sí o un no como respuesta. Reconozca lo profundo de su sufrimiento, aunque usted nunca lo haya experimentado.
Muchas amistades aparentemente sólidas, están construidas sobre arenas movedizas. “La relación está basada en estructuras frágiles de reglas sociales no establecidas”. La idea es que la pasan muy bien juntas con “exigencias” y “motivaciones” normales. Sin embargó, cuando una de las dos personas está en crisis, todas estas reglas y con ellas las expectativas, de repente cambian, y algunos de los llamados amigos descubren que no pueden manejar la situación. A otras personas, en cambio, las aterroriza la depresión, creen que puede ser contagiosa, de manera que desaparecen antes de que el mal se propague”.
Muchas veces una pareja de amigos puede sentir que la persona que está sola de nuevo es una amenaza para sus “vidas”. Empiezan a sentirse inseguros pensando que también les puede pasar a ellos y, entonces, la tendencia es tratar de forzarle a que vuelva con su pareja o rechazarle del todo. Es un hecho triste que cuando una persona se encuentra más vulnerable y necesita confiar en sus amigos, éstos estén temerosos y se alejen. A veces los amigos desean ayudar, pero están demasiado preocupados por trazar una línea invisible entre ser un soporte y ser un intruso. Pero esto es exactamente lo que nadie quiere que pase cuando la autoestima está por el piso.
En su lugar, se necesitan amigos bien intencionados que no se sientan paralizados al tomar el toro por los cuernos y que se pregunten cómo pueden servir de ayuda. Si usted sabe que su amigo vive en dificultades, haga algo al respecto. Diga: “No estoy muy seguro(a) de cómo manejar esto, pero en realidad me gustaría ayudar”. No es bueno esperar a que su amigo(a) venga a pedir ayuda. El puede estar en casa pensando: ¿Por qué no está ninguno de mis amigos para apoyarme? Sin embargo dos personas que tienen una relación amistosa deben cuidarse de caer en la trampa de la dependencia. Los amigos bien intencionados no pueden llevar toda la carga de lo que está pasando.
Existen muchas razones por las cuales una crisis puede construir o acabar una relación. Algunas veces, la persona que está sufriendo vive rodeada de amigos que están presentes en las buenas épocas y desaparecen ante el primer signo de problema, pero la realidad es que con frecuencia, es más complicado que eso.
En muchos casos, las relaciones amistosas tambalean porque la persona en crisis falla en la forma de exponer sus necesidades. “Usted tiene que pedir ayuda, no trate de sobrellevar solo(a) una dificultad. Mientras algunas personas descubren que un amigo en necesidad es un “ex amigo”, otros afrontan las crisis formando vínculos más fuertes y más profundos que antes.
Saber escuchar es la clave para ser un buen soporte en una crisis; sin embargo, no es tan fácil como parece. No se sienta obligado a tener una solución, a veces sólo escuchar puede ser de gran ayuda, anime a su amigo para que se desahogue con preguntas que requieren más que un sí o un no como respuesta. Reconozca lo profundo de su sufrimiento, aunque usted nunca lo haya experimentado.
EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO,
Y ES COMO UN HERMANO
EN TIEMPO DE ANGUSTIA.
(Proverbios 17:17).
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