lunes, 30 de junio de 2008

PRIVILEGIO DE POCOS?

Tener una vida maravillosa no es producto de los factores externos, dentro de sí encontrará el secreto para ser feliz, pero la mayoría de personas siempre buscamos la felicidad en factores externos, en lugar de volcar los ojos a nuestro interior. Es allí en nuestro interior, en nuestra alma donde están los sentimientos, las emociones, los pensamientos más sublimes para ser personas que disfrutemos de la felicidad, fuimos creados por amor y se nos lleno de amor. Pero en muchas ocasiones el egoísmo o quizás las heridas causadas por el abuso o desprecio de otros, han minado de tal manera que ya nos da temor dejar florecer y disfrutar de una vida en armonía y más exitosa.

Usted debe conocer personas que parecen tener una vida maravillosa, independiente de su situación económica, personal o laboral. Su secreto: desarrollaron la capacidad para manejar sabia y serenamente todas las situaciones de la vida diaria, sin que nada las altere. Pero ¿Cómo lo lograron? Las personas que parecen tener vidas encantadas no tienen un asistente mágico, ni son mejores o más brillantes que los demás. Simplemente pusieron en práctica, a conciencia o no, las actitudes, aptitudes, tendencias que orquestan circunstancias armoniosas y indiscutiblemente han llenado su vida de principios que le han formado patrones para un mejor vivir, con respeto, integridad ante Dios y la sociedad.

Si alguien aprende estas cosas en su juventud, empezará muy bien .Pero también pueden aprenderlas más tarde y disfrutar igualmente de los beneficios y, tal vez, apreciarlos más. Sin tener en cuenta en qué momento se descubren estos preceptos, ponerlos en practica le ayudará a crearse una buena vida, satisfactoria, significativa y manejable. Así es como puede empezar.

Descubra la cosas buenas que tiene en su experiencia, ¿De donde viene? ¿De qué se siente orgulloso(a)? ¿A quien ha ayudado? ¿Qué maravillosos seres humanos ha elegido ser sus amigos, o su pareja? Ese es su principal capital de trabajo. Sea consciente de él y siéntase agradecido(a) por tenerlo. No hay nada más tiste que ver a una persona que tiene amplias posibilidades de tener una buena vida, pero que simplemente no las ve.

¿Qué tanto de su tiempo, esfuerzo y atención está encaminado a tener éxito en lo más importante? Relaciones bien establecidas, y aspiraciones bien dirigidas. No es muy popular hacer énfasis en esto; parece demasiado real y demasiado peligroso para el débil corazón. No obstante, lo único que se necesita es hacer un cambio de prioridades, no tener un día con más horas. Usted puede crearse una vida mejor haciendo unas pocas cosas que todavía no hace. Tendrá tiempo para hacerlas una vez que elimine de su vida eso que no le esta sirviendo, entonces hará el resto con gran estilo.

Decida cómo es la vida que quiere llevar, esta es una idea, pero puede cambiar, cuantas veces quiera, su forma de percibir la vida ideal. En este punto, no se censure. Así como es mas fácil para los niños pequeños aprender a escribir si tienen lápices grandes y gruesos, también lo es crear una buena vida si tenemos sueños grandes y gruesos.

No se preocupe si parecen irrealizables o están llenos de contradicciones. Crear una buena vida es, en principio, un asunto espiritual. Aunque la cotidianidad tiene aspectos tan triviales como tender la cama, la base para vivir bien es una creciente convicción de que estamos aquí por una razón y un propósito. Porque a la verdad el propósito de tu vida excede en mucho a tus propios logros, a tu tranquilidad o incluso a tu felicidad. Es mucho más grande que tu familia, tu carrera o aun tus sueños y anhelos más vehementes. Si deseas saber la razón de por que estamos aquí, debemos empezar con Dios. Pues fuimos creados por su voluntad y para su propósito. Escuche a su corazón. Ejecute buenas acciones para que al final del día mire hacia atrás y encuentre por lo menos un recuerdo calido o una historia conmovedora.

Tómese tiempo para brillar (pero no acapare todo, también permítale espacios a los demás para que brillen). Brillar significa ser reconocido o admirado por algo, pero no olvide que esto es cíclico, a veces brillará, pero después se opacará; es algo perfectamente normal. Emociónese con cada nueva experiencia y disfrútela al máximo.

Evite hábitos que le roben en ocasiones la paz, como hablar demasiado y sin sabiduría, dormir poco, fijarse metas irreales, decir una cosa y hacer otra, chismosear y sermonear. Identifique la montaña que le está bloqueando el camino hacia lo que desea, sea discreto (a), así se protegerá a sí mismo(a) preservará su honor y conservará su poder; amplié su mundo. No necesita de mucho dinero, sino ganas de aprender. Disfrute el amor, cultive la compasión, disfrute de su hogar, acepte la imperfección, recuerde nadie es perfecto.

No siga pensando que tener una vida llena de encanto es un asunto de magia o un privilegio de unos pocos, todos podemos hacerlo si nos lo proponemos, al rendir muestra razón delante de nuestro creador.


Dios se complace en guiarnos
para vivir una vida
de verdadera felicidad.

jueves, 19 de junio de 2008

DECISIONES !!!

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El síndrome es cada vez más común, y todos, infortunadamente, lo conocemos demasiado bien: vivimos llenos de compromisos y con frecuencia hasta quedar exhaustos. La familia, el trabajo, las relaciones sociales, las reuniones para una cosa y para otra; en fin, también cumplimos. Sin embargo, nos invade la sensación de que el tiempo no alcanza para nada y que la vida, en vez de ampliarnos horizontes, nos va estrechando el vínculo.

Muchas veces nos sentimos estancados y la situación actual es tan complicada que si tenemos el privilegio de tener un empleo, así no sea estimulante, y de contar con un techo y una familia relativamente armónica, nos sentimos tan agradecidos que preferimos dejar las cosas como están y no emproblemarnos mas. Pero ¿eso es vida? La verdad es que por muy cómodos que estemos, si no nos sentimos realizados, por disculpas que nos inventemos, lo que hacemos es vegetar. Los retos, a pesar de los miedos y temores, son fundamentales para sentir que la sangre nos corre por las venas y que estamos vivos.

Aprender nuevas cosas y relacionarnos de otra manera con el entorno y las personas, incrementa las expectativas de vida y la vitalidad. Si usted es de las miles de personas que se sienten estancadas y que definitivamente quiere darle un giro a su existencia, debe de enfrentar y tomar decisiones, pues es posible que pueda no estar yendo a ninguna parte. Para salirse de algo, hay que estar en algo, a muchas personas les aterroriza dejar lo que tiene y cambiar su rutina. Sin embargo, cuando se ven obligadas a hacerlo, porque perdieron el trabajo, les ofrecieron una oportunidad en otra ciudad o las circunstancias le llevaron a un cambio radical, terminan preguntándose por qué no lo habían hecho antes o por qué insistieron en aferrase a un esquema agotado. Por supuesto, no nos damos cuenta en que estábamos metidos hasta que lo abandonamos.

Se hace necesario tomar tiempo para si mismos y evaluar lo que estamos haciendo, esos patrones cotidianos, y ver realmente hasta que punto son productivos, de esta manera será más fácil saber cuáles son los que se deben cambiar. Se debe aclarar y definir lo que realmente estimula y trae crecimiento integral en nuestras vidas, puede ser que halla muchas cosas que se deben reorganizar; Si bien es cierto que muchas personas dicen saber lo que lo que quieren, la mayoría de la gente no tiene claro o no está segura de lo que quiere. Los más afortunados creen saber par dónde van, pero muchas veces, al confrontarse a si mismos, descubren que entre lo que piensan, lo que sienten, y lo que verdaderamente desean hay grandes abismos.

Luche a pesar de los temores y dé el primer paso. Una vez tenga idea de lo que quiere, no permita que las dudas lo saboteen. Entienda y dígase constantemente que la resistencia es una respuesta natural al cambio. Es más: la resistencia tiene muchas caras. ¿Le es familiar eso de “sí claro, pero estoy muy viejo(a) para eso” o sí pero no tengo la experiencia para eso o me falta conocimiento? Uno de los mayores errores es asumir que eso que pensamos es correcto y que esa es la verdad.

El paso crucial es cambiar la perspectiva con respeto a asumir los retos. Por ejemplo, si se quiere una promoción en el trabajo, es posible que no se la den, pero, si ni siquiera la solicita, arriesga a quedarse donde está el resto de su vida. No olvide que cuando se busca o se solicita algo, lo único que se “arriesga” es un sí, es decir, siempre hay algo par ganar.

Cualquier persona está más propensa a poner manos a la obra si está persuadida de que los beneficios valen la pena los obstáculos que debe enfrentar. Esfuérzate y se valiente, no temas ni desmayes, nos ánima Dios en su palabra, por qué dice Él yo estaré contigo en dondequiera que vayas (Josue 1:9).

Empiece por poco, pero hágalo ya. Se llega más lejos, si se mantienen planes viables en vez de pensar en extremos. Las personas se convencen a sí mismas de que debe ser todo o nada. Alguien que racionaliza algo así “como detesto mi trabajo, voy a renunciar y me voy a vivir al lado del mar”, seguramente no irá ni a la esquina. En este caso, el costo sería muy alto. Pero aun, entre más tiempo se piensa en esos términos, más tiempo permanece estancado(a). La decisión verdadera para hacer seriamente cambios en la vida es empezar a dar pasos para lograr esa meta, pero hacerlo Ya.

No se desanime, romper patrones es de las cosas más difíciles, pero cuando se sabe qué se quiere, siempre se encuentra la manera de lograrlo. Y recuerde que no está solo, si busca la guía y dirección de Dios, él mismo dice:

YO ESTARÉ CONTIGO
EN DONDEQUIERA QUE VAYAS.

viernes, 13 de junio de 2008

EN TIEMPOS DE ANGUSTIA !!!

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Hace algún tiempo decía una mujer tuve un problema con mi amiga Flor. Su esposo la había abandonado dos semanas antes, y ella lucía terrible. Sus ojos estaban enrojecidos y sus manos temblando. Lo que debí haber hecho, como amiga, era levantarle el ánimo y darle un abrazo, o llevarla a la cafetería más cercana para ofrecerle un café y un poco de compañía. En lugar de eso, comentaba esta mujer, me ofusque y le pregunté que si estaba bien, en un tono que claramente exigía una respuesta positiva. Cuando me dijo que estaba bien, con una voz vacilante, yo acogí esa pequeña y valiente mentira con una aceptación que no sólo era inapropiada sino cruel. Termino contando que después de una breve charla sobre el estado del tiempo, se despidió con un jovial adiós, y se fue, dejando a su amiga allí abrazando su dolor.

Muchas amistades aparentemente sólidas, están construidas sobre arenas movedizas. “La relación está basada en estructuras frágiles de reglas sociales no establecidas”. La idea es que la pasan muy bien juntas con “exigencias” y “motivaciones” normales. Sin embargó, cuando una de las dos personas está en crisis, todas estas reglas y con ellas las expectativas, de repente cambian, y algunos de los llamados amigos descubren que no pueden manejar la situación. A otras personas, en cambio, las aterroriza la depresión, creen que puede ser contagiosa, de manera que desaparecen antes de que el mal se propague”.

Muchas veces una pareja de amigos puede sentir que la persona que está sola de nuevo es una amenaza para sus “vidas”. Empiezan a sentirse inseguros pensando que también les puede pasar a ellos y, entonces, la tendencia es tratar de forzarle a que vuelva con su pareja o rechazarle del todo. Es un hecho triste que cuando una persona se encuentra más vulnerable y necesita confiar en sus amigos, éstos estén temerosos y se alejen. A veces los amigos desean ayudar, pero están demasiado preocupados por trazar una línea invisible entre ser un soporte y ser un intruso. Pero esto es exactamente lo que nadie quiere que pase cuando la autoestima está por el piso.

En su lugar, se necesitan amigos bien intencionados que no se sientan paralizados al tomar el toro por los cuernos y que se pregunten cómo pueden servir de ayuda. Si usted sabe que su amigo vive en dificultades, haga algo al respecto. Diga: “No estoy muy seguro(a) de cómo manejar esto, pero en realidad me gustaría ayudar”. No es bueno esperar a que su amigo(a) venga a pedir ayuda. El puede estar en casa pensando: ¿Por qué no está ninguno de mis amigos para apoyarme? Sin embargo dos personas que tienen una relación amistosa deben cuidarse de caer en la trampa de la dependencia. Los amigos bien intencionados no pueden llevar toda la carga de lo que está pasando.

Existen muchas razones por las cuales una crisis puede construir o acabar una relación. Algunas veces, la persona que está sufriendo vive rodeada de amigos que están presentes en las buenas épocas y desaparecen ante el primer signo de problema, pero la realidad es que con frecuencia, es más complicado que eso.

En muchos casos, las relaciones amistosas tambalean porque la persona en crisis falla en la forma de exponer sus necesidades. “Usted tiene que pedir ayuda, no trate de sobrellevar solo(a) una dificultad. Mientras algunas personas descubren que un amigo en necesidad es un “ex amigo”, otros afrontan las crisis formando vínculos más fuertes y más profundos que antes.

Saber escuchar es la clave para ser un buen soporte en una crisis; sin embargo, no es tan fácil como parece. No se sienta obligado a tener una solución, a veces sólo escuchar puede ser de gran ayuda, anime a su amigo para que se desahogue con preguntas que requieren más que un sí o un no como respuesta. Reconozca lo profundo de su sufrimiento, aunque usted nunca lo haya experimentado.

EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO,
Y ES COMO UN HERMANO
EN TIEMPO DE ANGUSTIA.

(Proverbios 17:17).

viernes, 6 de junio de 2008

PERDER O GANAR !!!!

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PERDER O GANAR


Independientemente de los buenos propósitos de algunas instituciones y personas, nuestra cultura enfatiza la competencia en todas las formas concebidas. Desde la compulsiva estimulación temprana hasta la vida laboral adulta, pasando por los colegios y las universidades, la rivalidad está presente. Ser “el mejor” es algo que se alienta y promulga abierta y conscientemente. Es más importante destacarse, que estar en paz. Es más apetecido el primer puesto, que vivir alegremente. No se educa para ser feliz, sino para triunfar en la pugna.

Llegar de primero es mucho más relevante que enamorarse. La medalla de oro tiene más peso que escribir un libro. Perder una materia impacta mucho más que perder un amigo. Concursar, dominar y salir airoso es el sueño de todo joven.

Se define al “éxito” cuantificando su posición en cierta escala de logros. Se le emula y se le coloca como ejemplo a seguir: El héroe es el que obtiene la más alta posición. Nunca decimos: “Mira... ese hombre está contento haciendo lo que hace”, “esa persona no es egoísta” o “esa mujer hace lo que quiere y lo disfruta”. Lo que transmitimos es un mensaje contaminado: el más y el menos. “La más bonita”, “el más rico”,”el más alto”,”el más malo”,”el menos inteligente”, o “el peor”. Los extremos generan en nosotros una extraña fascinación, y lo que es más grave, los proclamamos a sangre fría, sin atenuantes ni modulaciones.

La ganancia del que compite debería ser un valor agregado al quehacer mismo y no la meta principal. Perder, debería ser una oportunidad para aprender y no una manera de aniquilar la autoestima.

El buen ganador siempre saca a relucir su humildad, Y no me refiero a la falsa modestia de decir:”No fue nada”, sino a no dejarse contaminar por la victoria y a respetar al contrincante: ni vencedores ni vencidos (la contienda se acaba ahí y adiós). Reconoce el esfuerzo, pero no se vanagloria de él, no lo exhibe. No renuncia al triunfo, pero podría desprenderse de él si fuera necesario. Tampoco se trata de sentir culpa por ganar (si se entró al certamen no era para perder), sino de mantener los humos a raya. Pero ¿le enseñamos a nuestros hijos a saber vencer?.

Por su parte, el buen perdedor reconoce la derrota a lo lejos. No se empecina irracionalmente. Depone las armas oportunamente y en paz. Sabe que nunca estará en juego su esencia o su autovaloración (“Soy mucho más que mis resultados”), por eso ve las pérdidas con beneficio de inventario. No hay envidia se felicita al contrario. El que aprendió a perder sabe muy bien que la esperanza, a veces, es lo primero que hay que desechar. Y al igual que el buen triunfador, maneja una amnesia saludable para los reveses. Saber perder no implica darse por vencido antes de tiempo, sino a tiempo. No significa escapar cobardemente, sino persistir solamente cuando se justifique. Es tener el calculador de probabilidades afinado y las batallas bien calibradas. Pero,¿le enseñamos a nuestros hijos a perder?.

Ya que promocionamos en la juventud la mala costumbre de la confrontación permanente y la conquista por la conquista, al menos deberíamos tener el pudor (o la vergüenza) de humanizar la competencia.

Ganar con nobleza y perder con dignidad, y quién sabe, en una de esas, la comparación quede de última. Estar unánimes, sintiendo una misma cosa… nos aconseja la palabra de Dios, haciendo énfasis en que:

Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás
como superiores a si mismo,
no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros.
(Filipenses 2:3)

por Henry Leguizamo